Hace 16 años, se publicó por primera vez Sanando las heridas del alma. Fue el primer libro que escribí y, para mi sorpresa, sigue siendo el más popular entre mis lectores. Al final del año pasado, la editorial decidió volver a publicarlo y con gran alegría decidí que esa era una magnífica oportunidad para revisarlo, entre otras cosas, porque suele ocurrirme que, después de mis conferencias, algunos de los presentes se me acercan a agradecerme por los diversos beneficios que han recibido al leerlo: están mejorando su autoestima; su relación de pareja se fortaleció; ahora viven en armonía consigo mismos y con los demás; entienden la diferencia entre alma y espíritu y sobre esa base han fortalecido su relación con Dios, etc.
La versión original contenía seis capítulos y la actual ¡veintidós! Incluí temas como la depresión — este terrible mal que tanto ha crecido en nuestros tiempos—, el rechazo, el perdón, y cómo fortalecer la autoestima, pues estoy convencido de que hablar de estos temas es como hablar de respirar y comer.