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Rick Riordan

La torre de Nerón

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  • Vanessahas quoted8 months ago
    —¿Volverás? —preguntó.

    —Siempre —prometí—. El sol siempre vuelve
  • Nayeli Cortéshas quoted24 days ago
    Bueno, querido lector, hemos llegado al final de mis pruebas. Me has seguido a lo largo de cinco libros de aventuras y seis meses de dolor y sufrimiento. Según mis cálculos, has leído doscientos diez de mis haikus. Como Meg, sin duda mereces una recompensa.

    ¿Qué te gustaría? Me acabo de quedar sin unicornios. Sin embargo, cada vez que apuntes y te prepares para lanzar tu mejor tiro, cada vez que trates de expresar tus emociones a través de una canción o un poema, ten presente que estaré sonriéndote. Ahora somos amigos.

    Llámame. Estaré ahí cuando me necesites.

    💙

  • Nayeli Cortéshas quoted24 days ago
    Miré a Meg, que estaba enjugándose una lágrima del ojo.

    —Supongo que no puedes quedarte —dijo.

    Le tomé la mano.

    —Querida Meg.

    Permanecimos así en silencio un rato, observando cómo los semidioses trabajaban en los huertos de debajo.

    —Meg, has hecho mucho por mí. Por todos nosotros. Te… te prometí que te recompensaría cuando volviese a ser un dios.

    Ella empezó a hablar, pero la interrumpí.

    —No, espera —dije—. Sé que eso restaría valor a nuestra amistad. No puedo resolver los problemas de los mortales chasqueando los dedos. Veo que no necesitas ninguna recompensa. Pero siempre serás mi amiga. Y si alguna vez me necesitas, aunque solo sea para hablar, estaré aquí.

    Le tembló la boca.

    —Gracias. Eso está bien. Pero… en realidad, me conformaría con un unicornio.

    Había vuelto a hacerlo. Todavía era capaz de sorprenderme. Reí, chasqueé los dedos y un unicornio apareció en la ladera debajo de nosotros, relinchando y rascando el suelo con sus cascos de oro y perlas.

    Ella me estrechó entre sus brazos.

    —Gracias. Tú también seguirás siendo mi amigo, ¿verdad?

    —Mientras tú sigas siendo mi amiga —dije.

    Ella se lo pensó.

    —Sí. Creo que podré hacerlo.

    No recuerdo de qué más hablamos. Las clases de piano que le había prometido. Las distintas variedades de plantas carnosas. El cuidado y la alimentación de los unicornios. Yo simplemente era feliz de estar con ella.

    Al final, cuando el sol se puso, Meg entendió que había llegado el momento de que me marchase.

    —¿Volverás? —preguntó.

    —Siempre —prometí—. El sol siempre vuelve.
  • Nayeli Cortéshas quoted24 days ago
    Meg tuvo que mirar dos veces cuando me vio. Una sonrisa se dibujó en su cara. Llevaba el vestido rosa de Sally Jackson, tocado con un gorro de jardinería como el sombrerete de una seta. A pesar de la protección, el cuello se le estaba poniendo rojo de trabajar al aire libre.

    —Has vuelto —observó.

    Sonreí.

    —Te has quemado al sol.

    —Ven aquí —me mandó ella.

    Sus órdenes ya no tenían ningún poder, pero me dirigí a ella de todas formas. Me abrazó fuerte. Olía a higo chumbo y arena caliente. Es posible que se le llenasen los ojos de lágrimas.
  • Nayeli Cortéshas quoted24 days ago
    —Por cierto —añadí—, tu madre está bien, Percy. Hace poco los vi a ella y a Paul. Tu hermana es una ricura. No para de reír.

    Él se animó.

    —¿A que sí? Estelle es la bomba. Echo de menos las galletas de mi madre.

    —Yo puedo echarte una mano con eso. —Como le había prometido a Sally Jackson, teletransporté un plato de galletas azules recién hechas directamente a mis manos.

    —¡Colega! —Percy se metió una galleta en la boca. Puso los ojos en blanco de éxtasis—. Apolo, eres el mejor. Retiro casi todo lo que he dicho de ti.

    —No pasa nada —le aseguré—. Un momento… ¿cómo que «casi» todo?
  • Nayeli Cortéshas quoted24 days ago
    Lo que me sorprendió fue descubrir que Percy Jackson y Annabeth Chase habían llegado al campamento y se habían instalado en la Nueva Roma, de modo que disponían de dos meses para acostumbrarse a su nuevo entorno antes del primer cuatrimestre de su primer año de universidad.

    —Arquitectura —dijo Annabeth, con los ojos grises brillantes como los de su madre. Pronunció «arquitectura» como si fuera la respuesta a todos los problemas del mundo
  • Nayeli Cortéshas quoted24 days ago
    38
    Zanahorias y magdalenas,

    las galletas azules recién hechas de Sally.

    Qué hambre tengo
  • Nayeli Cortéshas quoted24 days ago
    —Yo… no la he oído —reconocí—. Mejor… os dejo a los dos descifrarla.

    Will asintió con la cabeza, resignado.

    —Pues no sonaba bien.

    —No, seguro que no. —Miré a Rachel Dare con cariño—. Es un Oráculo maravilloso.
  • Nayeli Cortéshas quoted24 days ago
    Me teletransporté antes de que pudiesen verme sonreír. Esperaba que dondequiera que estuviese su espíritu, mi amiga la flecha estuviese riendo a carcajadas dignas de una comedia de Shakespeare.
  • Nayeli Cortéshas quoted24 days ago
    —Fe en nuestra capacidad para escribir nuestras propias historias, al margen de lo que nos deparen las Moiras. Fe en que encontrarás la forma de hacer vino con tus uvas amargas.

    —Qué profundo —murmuró Dioniso, aunque detecté una débil sonrisa en las comisuras de su boca. Señaló la mesa de juego—. ¿Una partida de pinacle? En eso, al menos, sé que puedo dominarte.

    Me quedé con él esa tarde y ganó seis partidas. Solo hizo un poco de trampa.
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