mutua con su cónyuge o hijo. Por otro lado, la persona que no puede razonar, será casi invariablemente irrazonable: es decir, incapaz de argüir —o sea, de explicar su punto de vista en un conflicto—, y probablemente exigirá salirse con la suya.
Si se buscan, esos rasgos pueden ser identificados después de un corto tiempo —especialmente durante una situación en la cual la persona está airada. Una persona que nuncase enoja debería ser tenida por sospechosa: pudiera ser pasivo-agresiva, o no tener los recursos necesarios para desarrollar un verdadero lazo emocional con nadie. Es difícil vivir con cualquiera de estos dos tipos de carácter. Sin embargo, debemos decir que existen personas solícitas las cuales sencillamente son tan moderadas que muy pocas veces se les provoca a ira. Yo las envidio. Haymuy pocas de tales personas.
Otro indicador, que es sumamente importante pero difícil de discenir, es la capacidad de alguien para manejar la ambivalencia. La ambivalencia consiste en tener sentimientos opuestos hacia la misma persona; y aunque se trata de algo que cuesta mucho trabajo detectar, creo que la mejor manera de hacerlo es por observar la tolerancia del individuo con diferentes tipos de gente. Por ejemplo: piense en la persona que tiene opiniones firmes e intransigentes acerca de todo. Para él no hay terreno intermedio, ni lugar para la concesión en cuanto a cosa alguna; ve a la gente como abusolutamente poseedora de razón o completamente equivocada, como totalmente buena o totalmente mala. Un a persona así, no puede ver que hay cosas buenas y malas, y cosas agradables y desagradables en todos. Todos tenemos sentimientos ambivalentes; y el manejarlos bien a un nivel consciente es un indicador de madurez. Para una