Ali Hazelwood

Ali Hazelwood – No es amor

Notify me when the book’s added
To read this book, upload an EPUB or FB2 file to Bookmate. How do I upload a book?
  • ariadnahas quotedlast month
    —Tendrás que ponértelo tú —le indicó ella entregándole el condón.

    —¿Quieres que te enseñe cómo hacerlo?

    Se encogió de hombros y sus pechos rebotaron. Toda una obra maestra de la gravedad
  • ariadnahas quotedlast month
    —Así que al final sí que te he curado con la inigualable pericia de mi pene mágico.

    —Me has sanado. Mi cicatriz de la apendicitis ha desaparecido. Ya no soy alérgica al polen.
  • ariadnahas quotedlast month
    —Madre mía, Rue. —Tenía una sonrisa alegre—. Muy tradicional te me pones para ser alguien que me deja atarla a la cama y meterle plugs por más de un agujero cada pocos días.
  • ariadnahas quotedlast month
    Le enseñé la notificación y resopló.

    —Venga ya.

    —¿Qué?

    —Tienes que desinstalarte esa aplicación.

    —Es donde nos conocimos. Tiene valor sentimental.

    —Claro, porque tú eres tan sentimental… —Me dio un empujón mientras andábamos por el camino que llevaba a las rutas de senderismo que habíamos planeado explorar.

    —¿Y tú? ¿Ya la tienes desinstalada?

    —Eliminé el perfil después de la primera noche que te quedaste a dormir en mi casa.

    Lo miré, sintiendo esa calidez acogedora que siempre notaba cuando lo tenía cerca.

    —Es de mal gusto y ya está muy trillado.

    —¿El qué?

    —Alardear de que te diste cuenta antes que yo.

    Se rio y me abrazó.

    —No creo que esté muy trillado. De hecho, creo que no te lo recuerdo lo suficiente.
  • ariadnahas quotedlast month
    —¿Qué acabas de decir?

    Esta vez levanté la cabeza y enuncié claramente:

    —Te quiero.

    Eso lo cambió todo. Sentí cómo se estremecía dentro de mí. Me apretó más fuerte la cadera. Inspiró hondo y se le entrecortó la respiración. La excitación estaba latente en su interior. Habían pasado doce meses y esas palabras aún no se habían desgastado.

    —Vale, ¿sabes qué? —Negué con la cabeza contra la almohada, temblando—. Creo que he terminado de jugar. Quiero mirarte. Vamos a… —Me soltó las muñecas. Me dio la vuelta. Fue un poco abrumador lo rápido que cambió todo.

    Clavó su mirada en mis ojos.

    Sus besos empezaron a ser más intensos.
  • ariadnahas quotedlast month
    Porque a mí me gusta.

    Claro que le gustaba.

    Él sí se había corrido.

    Dos veces.

    Dentro de mí y donde le había dado la gana.

    Yo, sin embargo, no. Llevábamos horas y estaba hecha un desastre, temblorosa e insatisfecha. A veces se ponía así, prepotente y dominante, y yo no podía…

    Gemí contra la almohada.

    —¿De verdad no te lo estás pasando bien? —susurró, esta vez contra mi oído.

    —No —mentí.

    —Pobrecita mía. —Chasqueó la lengua y a mí me entraron ganas de matarlo. En cuanto me soltara. Y me dejara correrme—. ¿Y a qué se debe?

    Tú qué crees.
  • ariadnahas quotedlast month
    Voy a ser abierto contigo, porque no siempre lo he sido y me parece un error. ¿De acuerdo?

    Ella asintió.

    —Significa que voy a meterme en esto pensando que no va a haber un final. ¿Entiendes lo que quiero decir?

    Rue volvió a asentir.

    —Y voy a… Voy a querer verte todos los días. Aprenderé a cocinar más platos, te prepararé tápers y te dejaré notas bonitas dentro. Te preguntaré si quieres dormir en tu casa o en la mía y siempre daré por hecho que vamos a pasar la noche juntos.
    Pensaré en ti todo el puto rato. Contaré con que seré yo quien se encargue de regarte las plantas cuando estés fuera de la ciudad. Te cogeré de la mano en público. Te besaré en público. Te organizaré fiestas sorpresa con la ayuda de tu amiga. Te enviaré cien mensajes al día para compartir las tonterías que crea que te harán gracia. Voy a ser empalagoso de cojones, Rue. ¿Podrás soportarlo? ¿Podrás soportarme como novio? —La palabra «novio» se quedaba tan corta como lo de «estar juntos». Por ahora, se dijo a sí mismo. Por un rato.

    —Se me da fatal responder a los mensajes.

    —Ya.

    —Y no me gustan las fiestas sorpresa.

    —Lo sé.

    —Pero el resto… —Rue sonrió contra su pulgar—. Sí, por favor.

    Eli se inclinó hacia su oído.

    —Pienso hacerte las mayores guarradas que puedas imaginar.

    A ella se le cortó la respiración.

    —Tienes un apetito sexual ridículamente exagerado.

    —Tú también.

    —Yo también.
  • ariadnahas quotedlast month
    Te quiero, Rue. Tú eres la única oportunidad que existe.

    A ella le brillaron los ojos.

    —¿Sí?

    —Sí.

    Eli experimentó una felicidad profunda, de las que te hacen sentir un calorcito en el pecho, como si ella le hubiese sacado el puñal del corazón y lo hubiese vuelto a guardar en el cajón. Todavía tenía el poder de destruirlo. Sospechaba que siempre lo tendría.
  • ariadnahas quotedlast month
    Puedo preguntarle a mi amigo Liam; él está mucho más al día, aunque acaba de tener un hijo y está de baja por paternidad
  • ariadnahas quotedlast month
    —¿Qué ha pasado?

    —Los documentos que nos dio tu novia —dijo Hark. Un minuto antes, esas palabras le habrían hecho sonreír. Sin embargo, el tono de Hark no auguraba nada bueno—. Los abogados los han revisado.

    —¿Ya?

    —No les ha llevado mucho tiempo. Nos envió justo lo que necesitábamos.

    Así de buena era su chica.

    —¿Y?

    La boca de Hark se curvó en una sonrisa.

    —Florence está jodida, Eli.
fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)