Si aplicamos la lógica de Durkheim rigurosamente, la interpenetración desaparece en el mismo instante en que aparece. Es como un estado inestable que inmediatamente se convierte en un nuevo equilibrio de agregación y fusión. Cuando nuestras mentes se encuentran, cuando mi conciencia se une a la tuya, esa zona de interpenetración deja de pertenecernos a cualquiera de los dos, y se aloja en una presencia extraña a la que ambos debemos responder, a saber, “sociedad”