Establecer el foco de lectura: consiste en identificar para qué realizamos una lectura. Asimismo, en este primer paso definimos el tipo de información que esperamos obtener del texto leído, el propósito de nuestra lectura y qué queremos hacer con la información obtenida. Nuestro propósito no necesariamente coincidirá con las ideas centrales o principales del texto; las prioridades las establecemos nosotros.
Realizar una lectura de barrido: es el segundo paso de la estrategia propuesta y corresponde a realizar una lectura superficial del texto completo con el fin de reconocer los distintos elementos que contiene. Esta etapa nos permite ajustar o reafirmar el foco de lectura propuesto previamente, así como reconocer la información general más relevante para la comprensión del fragmento y de su utilidad en el foco que nos hemos establecido.
En el subrayado o resaltado procedemos a marcar, dentro del texto leído, aquello que nos resultó determinante. Esta última etapa de la estrategia la aplicamos una vez hemos determinado el foco de lectura y realizado la lectura de barrido. En este, que podríamos llamar un tercer paso, se resalta aquello en lo que debemos fijarnos para que, en una segunda o tercera lectura, no tenga