EL ASTEROIDE B 612
Prosiguiendo pacientemente sus investigaciones, el aviador llegó a la conclusión de que el planeta del que procedía el Principito era el asteroide B 612, descubierto por un astrónomo turco en 1909. Si aporta estos datos precisos es por los potenciales lectores adultos que leyeran su narración:
Si os he contado estos detalles sobre el asteroide B 612, si os he dado su número, es por los adultos. A las personas mayores le gustan los números. Cuando les habláis de un nuevo amigo, nunca os harán preguntas sobre lo fundamental. Nunca os dirán: «¿Cómo es el timbre de su voz?, ¿qué juegos le divierten?, ¿colecciona mariposas?». Simplemente os preguntarán: «¿Qué edad tiene?, ¿cuántos hermanos son?, ¿cuánto pesa?, ¿gana mucho dinero su padre?». Solo así creen conocerle.
Si dices a una persona mayor: «He visto una casa preciosa de ladrillos rojos, con geranios en las ventanas y palomas en el tejado», nunca conseguirá imaginársela. Hay que decirle: «He visto una casa de un millón de euros». Entonces exclamará: «¡Qué bonita es!».
Si le dices: «La prueba de que el Principito existió es que era encantador, que tenía una sonrisa deslumbrante y que quería una ovejita. Querer un ovejita prueba su existencia». Entonces se encogerá de hombros y te tratará como a un crío. Si le dices: «El planeta de donde procedía es el asteroide B 612», lo convencerás y no te molestará con preguntas insulsas. Las personas mayores son así. Qué le vamos a hacer. Los niños deben ser muy comprensivos con ellas.
Los que verdaderamente entendemos la vida nos reímos de los números.
UNA CASA DE LADRILLOS ROJOS
Antoine de Saint-Exupéry prosiguió pacientemente intentando conocer al Principito. Para él, conocer no era un ejercicio meramente intelectual, propio de adultos, que creen conseguirlo sabiendo que el asteroide del que venía era el B 612, o que su planeta media 80 m2.
Para él, como para los niños, conocer era tener una experiencia personal con al